Un acompañante terapéutico (AT) es un profesional que se integra en el día a día para brindar apoyo emocional y psicológico a una persona que está experimentando dificultades personales o problemas de salud mental.
El establecimiento de un vínculo positivo y de confianza es un objetivo prioritario para el AT. Una relación lo más horizontal posible, donde el profesional no se coloca como experto, sino como facilitador y acompañante en el proceso de recuperación de la persona, que es dueña y experta de su propia vida. La función principal es brindar un espacio seguro y no juzgador, para ayudar a la persona a explorar sus pensamientos, emociones y comportamientos; facilitando que interactúe con su entorno de una manera saludable, que le permita alcanzar sus objetivos y metas vitales.
Consiste en una intervención global en la cotidianidad de la persona, utilizando como espacio principal la calle o el domicilio... o una cafetería, el parque, el supermercado, el cine, una consulta médica, un concierto, un paseo por la montaña, una ruta en bicicleta, etc.
No trabaja solo, sino que forma parte de una intervención multidisciplinar en coordinación con otros profesionales de la salud mental.
BENEFICIOS
Se facilita una evaluación más completa y continua de las dificultades y potencialidades, así como de la puesta en práctica de pautas terapéuticas.
Promueve la reconexión social y laboral con el entorno, así como la realización de
actividades recreativas.
Ayuda a gestionar "in situ" momentos de crisis y dificultad.
Se favorece la adhesión al tratamiento.
A través de la detección temprana de síntomas de recaída, se previenen los ingresos hospitalarios.
RECOMENDADO PARA PERSONAS CON:
Esquizofrenia u otros trastornos psicóticos
Trastornos del estado de ánimo
Trastornos de ansiedad
Trastornos disociativos
Trastornos de adaptación
Trastornos de personalidad
Daño cerebral adquirido y e. neurodegenerativas
Personas que presenten aislamiento social
Personas que presenten aversión a la relación terapéutica estándar "experto-paciente"