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Consejos sobre el manejo de síntomas psicológicos y conductuales de personas con demencia.

Consejos para familiares y cuidadores sobre el manejo de síntomas psicológicos y conductuales que se pueden dar en personas con demencia.

La asociación psicogeriátrica internacional definió los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia (SPCD) como alteraciones de la percepción, el contenido del pensamiento, el humor o la conducta que se presentan frecuentemente en pacientes

con demencia (IPA, 1996).

Síntomas psicológicos y conductuales que pueden aparecer en personas con demencia.

  • Apatía, Depresión, Ansiedad, Agitación.

  • Labilidad emocional y reacciones catastróficas.

  • Hiperactividad motora, vagabundeo.

  • Ideación delirante y alucinaciones.

  • Trastornos del sueño.

  • Trastornos de la conducta alimentaria.

  • Desinhibición.

Consecuencia de:

• La neurodegeneración y patología cerebral subyacente asociada a la demencia.

• Los aspectos individuales del paciente, como su personalidad , la presencia de trastornos psiquiátricos, condiciones médicas repentinas o la falta de atención necesaria.

• Los elementos que afectan al cuidador, como el estrés, la sobrecarga, la depresión, las dificultades para comunicarse con el paciente, la falta de conocimiento sobre la enfermedad olas expectativas poco realistas sobre el progreso de la demencia, entre otros.

• Los aspectos del entorno , como la ausencia o exceso de estímulos, preocupaciones por la seguridad del paciente, la falta de actividad y estructura en el ambiente o la ausencia de rutinas establecidas, entre otros.


> Generan problemas significativos a los pacientes, cuidadores y profesionales, siendo una causa frecuente de:

Ingreso precoz en residencias

Mayor incidencia de enfermedades

Fallecimiento prematuro

Permanencias hospitalarias

Estrés y depresión del cuidador

> Si no son tratados de manera adecuada, se asocian a una progresión más rápida de la enfermedad.


¿Cómo gestiono como cuidador estos comportamientos alterados?


> Es importante comprender que estas comportamientos alterados son una manifestación de la enfermedad.

Es probable que nuestro familiar/ persona a nuestro cuidado, en condiciones normales no nos gritaría, insultaría, agrediría, dejaría de comer, etc.


> Respetar los gustos y las costumbres

Si sabemos que no le gusta una comida no le obliguemos a comer por la fuerza, que si le gusta estar continuamente paseando por la casa tengamos paciencia y dejemos que se desplace libremente (siempre que no exista ningún obstáculo o peligro), etc.


> Ser compresivos y tolerantes.


No ridiculizarlos o avergonzarlos en público si muestran desinhibición.


No hacer comentarios despectivos sobre ellos si experimentan episodios de agitación o agresividad.


Es fundamental proteger tanto su seguridad como la nuestra.


Intentar calmarle hablándole con voz pausada pero firme, diciéndole quienes somos y llamándole por su nombre.


> Saber pedir ayuda cuando sea necesario


En el caso agresividad o agitación deberá pedir ayuda a un profesional que verifique si existe la necesidad de aplicar tratamiento farmacológico para controlarlo.


Cuando una alteración de comportamiento ya no pueda ser controlada por nosotros mismos como cuidadores para velar por la seguridad de nuestro familiar o persona a cuidar y por la nuestra propia.


> Tener la capacidad de realizar cambios, adaptándonos a su ritmo y necesidades.


Ser flexibles ante las situaciones que se puedan presentar así como en la tarea diaria del cuidado.


Debido a la enfermedad, es posible que nuestro ser querido no pueda controlar o cambiar su comportamiento, por lo que es nuestra tarea adaptarnos a estas nuevas situaciones y encontrar soluciones adecuadas.


> Debemos mantener las rutinas, tener paciencia y no intervenir sin darles la oportunidad de que hagan las cosas por sí mismos, siendo receptivos ante cualquier intento de comunicación por su parte.


> Fomentar el diálogo para que pueda expresar qué le sucede realmente. Si es necesario, lo haremos con preguntas que requieran sólo un “si” o un “no”: ¿Quieres ir al servicio? ¿Tienes hambre? ¿Te duele aquí? Poniéndonos cerca de él y delante, para que nos pueda ver en su campo visual.


> Dar cariño y mimos.


No gritarles porque no lleven a cabo una tarea, ni alterarnos porque nos insulten o no sean capaces de comer todo lo que hay en el plato.


Responder siempre con amabilidad y cariño, que sientan que estamos haciendo lo mejor que sabemos nuestra labor como cuidadores.


La tranquilidad es fundamental para evitar que se desencadenen otras reacciones catastróficas o agresivas.

FOLLETO MANEJO SINTOMAS CONDUCTUALES DEMENCIA PARA CUIDADORES
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